Aunque el dictador Daniel Ortega se juegue cada día su permanencia en el poder, el expresidente de El Salvador, Mauricio Funes, parece sentirse a salvo de la justicia en Nicaragua, a tal punto que este miércoles no envió a ningún abogado a la audiencia inicial del juicio que se le lleva por sobornos.
A Funes se le acusa de pagar casi un millón de dólares en sobornos exfiscal general de El Salvador, Luis Martínez, para evitar que este investigara algunos casos de corrupción del que estaba imputado el expresidente.
A falta de abogados, la Fiscalía pedirá a la jueza Nelly Pozas que solicite un defensor público para Funes y para el empresario Enrique Rais, otro de los implicados en el caso que no envió abogador.
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Este caso, conocido en El Salvador como “Corruptela”, se realiza en ausencia de los principales implicados, pues hasta el mismo ex fiscal adjunto Edgar Márquez está prófugo de la justicia.
Funes fue presidente de El Salvador del 2009 al 2014. Se le acusa de apropiarse de 351 millones de dólares de las arcas públicas. En el 2016, cuando vio inminente su encarcelamiento, pidió ayuda a Daniel Ortega y desde entonces vive en Nicaragua junto a su familia.
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